El mármol, como producto natural que es, requiere de un mantenimiento y un cuidado especial.

Un suelo en buen estado es lo que mas se aprecia al entrar en una casa, y la primera impresión viendo este suelo impoluto es de limpieza, elegacia, realza la luz del hogar y refleja el dibujo del entorno, ventanas, muebles, puertas...

Un suelo bien cristalizado y encerado tiene una gran ventaja a la hora de la limpieza, la suciedad no se agarra al mármol ya que el poro esta protegido y vasta con una simple pasada de mopa, aconsejable unicamente fregar con agua caliente y 40 cl de amoniaco una vez por semana o en caso de vertido de liquidos como vino, refrescos...

Además se obtiene una sensación gratificante del efecto suave y deslizante que la cera proporciona